¿Cómo ofrecer un buen feedback? 

Ofrecer feedback sobre lo que hace un equipo es una de las tareas más importantes para cualquier líder. No obstante, a veces es un hecho que se descarta como poco importante o no se hace de la manera adecuada.

¿Cómo dar un buen feedback? Es un artículo recogiendo las claves de lo que aprendí durante un curso en una conocida escuela de negocios en un curso específico de softskills.

Todas las personas que lideran equipos tienen que ofrecer feedback, tanto para cuando lo hacen bien (motivacional) como cuando necesitan mejorar (correctivo). 

Durante un curso de softskills que realicé en una conocida escuela de negocios, hicimos una dinámica en la que se nos permitía comprobar las diferencias entre juzgar a una persona por un comportamiento erróneo o mejorable y enfocar esa crítica hacia una acción y situación en concreto, acotando el momento y las circunstancias que rodeaban dicha acción. En el primer caso, se juzga a la persona, y ésta se siente atacada, y en el segundo, se juzga un hecho y la persona se siente comprendida y aprecia ayuda correctiva. 

El quid es contextualizar, logrando una aproximación menos ofensiva: En esta ocasión, en este contexto y de esta manera, obtuviste los siguientes resultados… Y si se hace de este modo (otro contexto, manera, ocasión) se obtendrían estos resultados… 

  También hicimos una dinámica para comprobar cómo impacta el feedback positivo en las personas, también contextualizado en un determinado momento y situación. Y os puedo asegurar que es motivador. 

Otra técnica que normalmente se usa para ofrecer un feedback correctivo es la “táctica del sándwich”. 

La mayoría de los líderes dicen que cuando tienen que dar feedback negativo, la persona en cuestión lo recibe mejor si también escucha una parte de feedback positivo; de esta manera, se entiende que la parte negativa solamente es un aspecto de su trabajo, y no la totalidad. Permitidme una comparación un tanto curiosa. 

Hace unos meses mi madre me estaba mirando interactuar con mi perra, Leia. De repente me dice: todo el rato le refuerzas positivamente, le dices ¡Muy bien! ¡Buena chica! Le contesté que también le regaño, le digo “aquí”, “no” o “mal” y que si estas son las únicas palabras que escucha en todo el día, “se acabaría por creer” (por favor, contexto perruno) que no hace nada bien y que todo el día le estoy regañando. 

Siento si la comparación ofende a alguien, pero pasa lo mismo con las personas. Si todo el día les estamos diciendo lo que hacen mal y nunca ofrecemos feedback negativo, llegarán a la conclusión de que sería mejor dedicarse a otra profesión. 

Aquí os dejo otro artículo de HBR Ascend a aquellos que habléis inglés, que presenta distintas maneras de ofrecer feedback a los empleados. El artículo gira en torno a la idea de que la razón principal por la que a la gente le cuesta dar y recibir feedback no es porque lo hagan mal, sino que lo hacen con muy poca frecuencia.

Además, ponen como ejemplo a una empresa que ha conseguido mejorar considerablemente las opiniones de los clientes y el servicio de atención al cliente que ofrecen a través de dinámicas de juego para dar feedback a los empleados. Lo hacen con frecuencia, honestidad y en un ambiente distendido en el que participan todos los empleados. Al parecer, el feedback en grupo evita confrontaciones. 

Por último, pedir feedback a nuestros equipos sobre nosotros mismos es una gran fuente de conocimiento para la autoevaluación.

Recordemos el concepto de la ventana de Yohari: hay una parte de nosotros que solamente percibe uno mismo, otra parte que solo perciben los demás, una parte percibida por todos y un área desconocida para todos. Esta última la podremos hacer más pequeña si alimentamos las otras tres zonas. 

¿Tenéis más ideas? 

Claves para entender la asertividad

La comunicación interpersonal más efectiva es aquella que denominamos comunicación asertiva. Esto lo tenemos claro muchas personas pero, ¿Qué es realmente este tipo de comunicación? ¿Y cuáles son sus claves?

La comunicación interpersonal más efectiva es aquella que denominamos comunicación asertiva. Es el estilo de comunicación que permite mayor impacto e influencia en otros y que muestra mayor autoliderazgo. Cada vez que nos comunicamos lo hacemos más o menos cerca del estilo asertivo; en ocasiones nos desviamos hacia una conducta o comportamiento de comunicación agresivo y en otras ocasiones tendemos más a la pasividad o sumisión.

Está claro que el contexto influye en nuestro comportamiento, pero cada persona tiene una de estas actitudes más interiorizada. Veamos las diferencias:

La conducta agresiva

  • Nos permite conseguir nuestros objetivos
  • Respetamos nuestros derechos
  • No respetamos los derechos de los demás
  • Manipulamos
  • Agresividad verbal o física

La conducta agresiva implica la defensa de los derechos personales y la expresión de los pensamientos, sentimientos y opiniones de forma normalmente inapropiada, y además siempre viola los derechos de la otra persona, aunque esa no sea necesariamente la intención consciente de quién emite este tipo de conducta.

Con frecuencia, una actitud agresiva provoca que nos acabemos “cargando” la relación que tenemos con las personas con las que nos estamos relacionando, ya que provocamos daño a los demás, tensión, frustración y generamos conflicto.

Características de la comunicación agresiva en la conducta verbal:

“Harías mejor en”; “Haz”; ”Ten cuidado”; “Debes estar bromeando”; “Si no lo haces…”; “No sabes”; “Deberías”; “Me decepcionas”

Características de la comunicación agresiva en la conducta no verbal:

  • Mirada fija.
  • Voz alta.
  • Habla fluida/rápida.
  • Gestos de amenaza.
  • Postura intimidatoria.
  • Deshonesto/a.
  • Mensajes impersonales.

La conducta pasiva

  • Huida
  • No conseguimos nuestros objetivos
  • No respetamos nuestros derechos
  • Respetamos los derechos de los demás
  • Represión para “no armar bronca”
  • Sentimiento de víctima

En la conducta pasiva prima el evitar el conflicto sobre la consecución de los objetivos. Se huye para reducir la ansiedad negativa que la situación provoca, sintiéndose momentáneamente bien.

Con frecuencia, la actitud pasiva provoca tensión y frustración, sentimiento de pérdida de oportunidades, contribuye a la falta de autoestima y facilita que la persona sea manipulable.

Características de la comunicación pasiva en la conducta no verbal:

  • Ojos que miran hacia abajo.
  • Voz baja.
  • Gestos desvalidos.
  • Negando importancia a la situación.
  • Postura hundida.
  • Puede evitar totalmente la situación
  • se retuerce las manos.
  • Tono vacilante o de queja.
  • Risas “falsas” o expresiones discordantes con la emocionalidad real de la persona

Características de la comunicación pasiva en la conducta verbal:

“Quizás”; “Supongo”; “Me pregunto si podríamos”; “Te importaría mucho”; “Solamente”; “No crees que”; “Ehh”; “Bueno”; “Realmente no es importante”; “No te molestes”.

La conducta asertiva:

Características de la comunicación asertiva en la conducta verbal:

  • Transmite sus opiniones de manera eficaz y sin sentirse incómodo/a.
  • Respeta tanto sus propios derechos como los derechos de los demás.
  • Afronta las situaciones de conflicto mediante la búsqueda activa de acuerdos o de cambios de conducta del otro sin agredir, ni ceder en aquellos que considera importante
  • Su habilidad para resolver los problemas sociales le impide desarrollar ansiedad agresiva.
  • La ansiedad es la señal que le invita a tomar una actitud asertiva.
  • Viven los desacuerdos cotidianos, los problemas y los conflictos como algo normal a la que hay que hacer frente sin miedos haciendo un uso activo del asertividad.
  • Logra los objetivos propuestos
  • Respeta sus propios derechos
  • Respeta los derechos de los demás: Win win

“Pienso”; “Siento”; “Quiero”; “Hagamos”; “¿Cómo podemos resolver esto?; “¿Qué piensas?”; “¿Qué te parece?”.

Características de la comunicación asertiva en la conducta no verbal:

  • Contacto ocular directo.
  • Nivel de voz conversacional.
  • Habla fluida.
  • Gestos firmes.
  • Postura firme en la disposición física que sea acorde con la disposición mental que requiere la conversación.
  • Mensajes en primera persona o
  • mensajes “tú”
  • Honesto/a.
  • Verbalizaciones positivas.
  • Respuestas directas a la situación,
  • búsqueda de soluciones
  • Gestos de las manos adecuados